Entras a tu oficina, preparas un café. Son las 8.10 am de un día normal y tu vida va tal como la habías planeado. Acabas de graduarte y tienes un trabajo estable. Pronto, gracias a tu buen desempeño, podrás acceder a una mejor posición dentro de la empresa y consecuentemente a un mejor salario…Te sientes muy cómodo!
PARE: Analicemos…Que es sentirse cómodo?
Seguramente todos hemos escuchado alguna vez de la zona de confort, y seguro muchos hemos sucumbido a sus encantos, pero hoy no quiero centrar mi relato en saber si es bueno o malo salir de la zona de confort, y mucho menos aconsejarles salir de la suya si es que están en ella. Este pequeño relato pretende, entre otras cosas, contarles como ha sido para mí salir de mi zona de confort y permitirles acercarse a el sentimiento tan excitante que representa para mí despertarme en un lugar muy apartado de mi zona de confort.
A lo largo del relato solo encontraran experiencias que algunos podrían llamar incómodas, pero que yo me permito calificar como la experiencia que mas aprendizaje me ha dejado en la vida…
Son las 6.00 am y el despertador del celular emite un sonido escandoloso, muy diferente a la vos de mi mamita, o a la llamada de mi Pingüina, o incluso al mismo celular sonando unas horas mas tarde. Arreglo mi ropa para el trabajo, bajo las escaleras en medio de un frio seco pero muy tenue, tomo un baño, y preparo mi primera comida del día.
PARE: Analicemos…Que es sentirse cómodo?
Seguramente todos hemos escuchado alguna vez de la zona de confort, y seguro muchos hemos sucumbido a sus encantos, pero hoy no quiero centrar mi relato en saber si es bueno o malo salir de la zona de confort, y mucho menos aconsejarles salir de la suya si es que están en ella. Este pequeño relato pretende, entre otras cosas, contarles como ha sido para mí salir de mi zona de confort y permitirles acercarse a el sentimiento tan excitante que representa para mí despertarme en un lugar muy apartado de mi zona de confort.
A lo largo del relato solo encontraran experiencias que algunos podrían llamar incómodas, pero que yo me permito calificar como la experiencia que mas aprendizaje me ha dejado en la vida…
Son las 6.00 am y el despertador del celular emite un sonido escandoloso, muy diferente a la vos de mi mamita, o a la llamada de mi Pingüina, o incluso al mismo celular sonando unas horas mas tarde. Arreglo mi ropa para el trabajo, bajo las escaleras en medio de un frio seco pero muy tenue, tomo un baño, y preparo mi primera comida del día.
Sin duda sería mas cómodo que alguien más planchara la ropa por mi, me confirmara que la ropa que llevo puesta está bien combinada, me prepara el desayuno sin necesidad de pedirlo, y luego lavara los platos para evitarme el esfuerzo y el olor posterior en las manos.
Tomo mi bicicleta, y pedaleo 3 minutos en medio de una leve lluvia hasta llegar a la estación de bus. Me toma 5 minutos en el mejor de los casos, y gran cantidad de estrés, desespero, rabia, impotencia y demás, abrir el candado que uso para mantenerla segura mientras trabajo (Créanme, es necesario. Esa historia viene mas tarde). Tomo el bus, y ahora que aprendí a leer en vehículos en movimiento, alcanzo a leer un capítulo entero de una novela de García Márquez y unas cuantas páginas de mi libro para aprender alemán. Al bajar del bus camino una cuadra y entro a mi cálida oficina exactamente a las 7.48 (el cumplimiento del bus me obliga a regalarle 12 minutos al trabajo), saludo a mis compañeros, prendo el computador y comienzo mis tareas diarias.
Estoy seguro que sería mas cómodo tomar un carro en lugar de bicicleta para evitar la lluvia y no sufrir por que quizá el candado no abra y tenga que esperar el siguiente bus. O mejor aún, esperar a que mi mamá me lleve hasta la oficina por que está lloviendo, o en su defecto me lleve hasta la puerta del bus. También sería mas cómodo leer mi libro debajo de un árbol, o sentado en un jardín. Sería mas cómodo y más sencillo recibir lecciones de alemán de alguien diferente a mi mismo, y sin duda sería mas cómodo dormir esos 12 minutos que cada día le “regalo” al trabajo.
A las 9 hay una pausa esperada y necesaria, tanto para que mi jefe desayune como para permitirme a mí tomar un café que aunque no es de mi total agrado, me ayuda a permanecer activo y despierto (O será un cuento como el de que si uno se mete a la piscina después de almorzar se vomita?). A eso de las 12 o 12.10 busco con mi jefe el almuerzo en el restaurante de la empresa, pongo en mi plato algún tipo de alimento que seguramente no he visto antes y me siento a almorzar. Disfruto mi comida, como me ha sucedido con cada plato que pruebo, y escucho a 7 personas (muy queridos todos) hablar en un idioma que no entiendo y reir sin saber porque, durante otros 5 minutos.
En mi caso particular, sería más cómodo si el sueño no me obligara a tomar café, si en lugar de almorzar en la empresa pudiera llegar a mi casa sabiendo de antemano que el almuerzo ha sido preparado por mi mamita con amor y conociendo cada uno de mis gustos, y también si el idioma utilizado en la mesa fuera el español y no el alemán.
Y sigue el trabajo…abro los documentos que explican el funcionamiento de los productos de Lenze (www.lenze.com) y al mismo tiempo recurro a Google (Wikipedia principalmente) para hacer un curso en inglés de mecánica y electrónica para dummies, que me expliquen como se comporta un servo motor, para que sirve un servo inverter, que hace una gearbox, y que hago yo metido en ese mundo de ingenieros.
Obviamente sería más confortable conocer y entender perfectamente lo que leo a diario, o incluso sería más cómodo si pudiera hacerlo en español. Sería más cómodo si esos productos no fueran tan complejos, y si mis compañeros fueran graduados de otra área del saber.
Salgo a las 5.00 pm del trabajo y me paro en la estación muy pendiente del último bus (único medio de transporte posible aparte del taxi que vale 30 Euros) que me lleva a mi lugar de residencia. Abro la novela de García Márquez y procedo a continuar con mi lectura. Hago una pausa a la entrada del pueblo para rezar por que la bicicleta que uso a diario y que no es mía, esté en buen estado y me evite caminar los 10 minutos hasta mi casa.
Cuán cómodo sería para mí si la empresa quedara en la misma ciudad en la que vivo, o si el pueblito no fuera tan pequeño y remoto y el transporte fuera permanente para evitar sufrir porque me deja el bus o porque algún día no llega. Cuán cómodo sería si pudiera caminar hasta mi casa, o si tan solo no tuviera que viajar 35 minutos en un bus para llegar a ella.
Entro a mi casa, se me caen tres calzas tratando de saludar en alemán, y después las extraño cuando estoy disfrutando la comida que yo mismo preparé.
Que cómodo sería hablar alemán y no tener que cuidar mis calzas cada vez que pronuncio una palabra en ese idioma…casi tan cómodo como encontrar comida preparada y caliente en la mesa después de un largo día.
Subo a mi habitación, prendo el computador, y entro a internet para hablar con mi familia y mi Pingüina, y tirarles besos por una ventana pequeñita que si bien me hace sentir cerca, no me permite oler mi casa y mi gente, palpar mis cosas, ni saborear la comida de casa.
No creo que hubiese nada más cómodo que poder abrazar a mi familia, y besar y abrazar a mi novia cada vez que quisiera, saborear la comida de mi casa, oler el perfume de mi novia combinado con su propio olor, y tenerlos cerca en todo momento.
Antes de dormir, intento organizar mis ideas para el día siguiente, y leo el último capítulo del día de esa excelente novela que escribió el señor de Aracataca. En ese momento me siento cómodo, de una manera que se me dificulta explicar pero que me permite disfrutar cada segundo del día siguiente.
Pocas horas después suena el despertador…
PS. Pingüi, I Love You!
Tomo mi bicicleta, y pedaleo 3 minutos en medio de una leve lluvia hasta llegar a la estación de bus. Me toma 5 minutos en el mejor de los casos, y gran cantidad de estrés, desespero, rabia, impotencia y demás, abrir el candado que uso para mantenerla segura mientras trabajo (Créanme, es necesario. Esa historia viene mas tarde). Tomo el bus, y ahora que aprendí a leer en vehículos en movimiento, alcanzo a leer un capítulo entero de una novela de García Márquez y unas cuantas páginas de mi libro para aprender alemán. Al bajar del bus camino una cuadra y entro a mi cálida oficina exactamente a las 7.48 (el cumplimiento del bus me obliga a regalarle 12 minutos al trabajo), saludo a mis compañeros, prendo el computador y comienzo mis tareas diarias.
Estoy seguro que sería mas cómodo tomar un carro en lugar de bicicleta para evitar la lluvia y no sufrir por que quizá el candado no abra y tenga que esperar el siguiente bus. O mejor aún, esperar a que mi mamá me lleve hasta la oficina por que está lloviendo, o en su defecto me lleve hasta la puerta del bus. También sería mas cómodo leer mi libro debajo de un árbol, o sentado en un jardín. Sería mas cómodo y más sencillo recibir lecciones de alemán de alguien diferente a mi mismo, y sin duda sería mas cómodo dormir esos 12 minutos que cada día le “regalo” al trabajo.
A las 9 hay una pausa esperada y necesaria, tanto para que mi jefe desayune como para permitirme a mí tomar un café que aunque no es de mi total agrado, me ayuda a permanecer activo y despierto (O será un cuento como el de que si uno se mete a la piscina después de almorzar se vomita?). A eso de las 12 o 12.10 busco con mi jefe el almuerzo en el restaurante de la empresa, pongo en mi plato algún tipo de alimento que seguramente no he visto antes y me siento a almorzar. Disfruto mi comida, como me ha sucedido con cada plato que pruebo, y escucho a 7 personas (muy queridos todos) hablar en un idioma que no entiendo y reir sin saber porque, durante otros 5 minutos.
En mi caso particular, sería más cómodo si el sueño no me obligara a tomar café, si en lugar de almorzar en la empresa pudiera llegar a mi casa sabiendo de antemano que el almuerzo ha sido preparado por mi mamita con amor y conociendo cada uno de mis gustos, y también si el idioma utilizado en la mesa fuera el español y no el alemán.
Y sigue el trabajo…abro los documentos que explican el funcionamiento de los productos de Lenze (www.lenze.com) y al mismo tiempo recurro a Google (Wikipedia principalmente) para hacer un curso en inglés de mecánica y electrónica para dummies, que me expliquen como se comporta un servo motor, para que sirve un servo inverter, que hace una gearbox, y que hago yo metido en ese mundo de ingenieros.
Obviamente sería más confortable conocer y entender perfectamente lo que leo a diario, o incluso sería más cómodo si pudiera hacerlo en español. Sería más cómodo si esos productos no fueran tan complejos, y si mis compañeros fueran graduados de otra área del saber.
Salgo a las 5.00 pm del trabajo y me paro en la estación muy pendiente del último bus (único medio de transporte posible aparte del taxi que vale 30 Euros) que me lleva a mi lugar de residencia. Abro la novela de García Márquez y procedo a continuar con mi lectura. Hago una pausa a la entrada del pueblo para rezar por que la bicicleta que uso a diario y que no es mía, esté en buen estado y me evite caminar los 10 minutos hasta mi casa.
Cuán cómodo sería para mí si la empresa quedara en la misma ciudad en la que vivo, o si el pueblito no fuera tan pequeño y remoto y el transporte fuera permanente para evitar sufrir porque me deja el bus o porque algún día no llega. Cuán cómodo sería si pudiera caminar hasta mi casa, o si tan solo no tuviera que viajar 35 minutos en un bus para llegar a ella.
Entro a mi casa, se me caen tres calzas tratando de saludar en alemán, y después las extraño cuando estoy disfrutando la comida que yo mismo preparé.
Que cómodo sería hablar alemán y no tener que cuidar mis calzas cada vez que pronuncio una palabra en ese idioma…casi tan cómodo como encontrar comida preparada y caliente en la mesa después de un largo día.
Subo a mi habitación, prendo el computador, y entro a internet para hablar con mi familia y mi Pingüina, y tirarles besos por una ventana pequeñita que si bien me hace sentir cerca, no me permite oler mi casa y mi gente, palpar mis cosas, ni saborear la comida de casa.
No creo que hubiese nada más cómodo que poder abrazar a mi familia, y besar y abrazar a mi novia cada vez que quisiera, saborear la comida de mi casa, oler el perfume de mi novia combinado con su propio olor, y tenerlos cerca en todo momento.
Antes de dormir, intento organizar mis ideas para el día siguiente, y leo el último capítulo del día de esa excelente novela que escribió el señor de Aracataca. En ese momento me siento cómodo, de una manera que se me dificulta explicar pero que me permite disfrutar cada segundo del día siguiente.
Pocas horas después suena el despertador…
PS. Pingüi, I Love You!
1 comentario:
Mi pingüino!! como siempre, descrestante tu post :) me encanta como escribes, asi sean tan diferentes, eres una cajita llena de sorpresas y eso me mantiene aun mas enamorada!!!
Me encanta leerte y me encantas tu :)
TE FELICITO
PS. I Love you
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