domingo, 18 de mayo de 2008

Buena suerte? Mala suerte? Quien sabe…


Esta historia promete no ser tan larga, aún cuando eso parezca extraño.

Lo único que pretendo es identificar en aspectos de mi vida diaria, algo de lo que hablaba un sacerdote que admiro bastante (definitivamente soy mas religioso de lo que creía): La suerte.

Tal cosa como la suerte o la buena fortuna no se si existen. Hay quienes dicen que esto está directamente relacionado con el punto de vista que tengas frente a los acontecimientos, otros afirman que se debe a actitudes premeditadas de cada persona, y otros aseguran que es como la mayoría de las cosas en la vida, se tiene o no se tiene.

Hasta ahora no he podido situarme en ninguno de los 3 grupos mencionados, pero lo que si considero cierto es que hay sucesos imposibles de explicar con un argumento lógico o personas que no necesariamente los persigue la “suerte”, y solo pueden calificarse como lo hace Henry Fiol “mas salao’ que un bacalao”.

Ese lunes, en la sala de espera del Aeropuerto el Dorado, a pocos minutos de abordar el avión que me llevaría a cruzar el atlántico, un montón de sentimientos me agobiaban. Alegría, nostalgia, incertidumbre, éxtasis, pero ninguno igual a la preocupación que sentí al saber que mi maleta tenía que ser revisada o similar a la tranquilidad que me dio el ver mi maleta en perfecto estado en el aeropuerto de Hannover…nunca supe por que la revisaron. Buena suerte? Mala suerte? Quien sabe…

Ese mismo jueves 1 de mayo, día en el que comenzaba mi contrato se celebraban 3 días festivos juntos en Alemania (por supuesto no tenía que ir a trabajar), algo solo visto cada 226 años! Y yo estaba ahí, disfrutando del día libre, aprovechando el buen clima, tomando cerveza ya que el viernes tampoco tenía que trabajar, y al mismo tiempo lamentándome por no haber sabido antes y aprovechar los 4 días libres para conocer algún otro lugar de este bonito país. Buena suerte? Mala suerte? Quien sabe…

Pase el fin de semana conociendo la cultura alemana y acomodándome en mi nueva casa. El lunes, llegué al trabajo a la hora establecida y luego de esperar algo así como 1 hora a mi jefe, lo recibí junto a los ejecutivos mas importantes de la empresa. Afortunadamente me había vestido de traje y corbata. Buena suerte? Mala suerte? Quien sabe…

El día lo pasé entre documentos nuevas, palabras nuevas, gente nueva, comida nueva, productos nuevos, idioma nuevo e infortunio nuevo…Si! Al salir a esperar el bus de las 6.35 pm (cómo está establecido en el horario del bus), me dí cuenta que en Alemania también viven seres humanos y que pueden equivocarse. Que así la espantosa guerra del centavo ronde en los sistemas de transporte público de Colombia, así siempre sea necesario encomendarse a la imagen de la virgen del Carmen que el conductor seguro tiene, así no se tenga certeza del horario de los mismos, así no existan las estaciones, y así no sea posible leer tranquilamente un libro mientras estás montado en ellos; nuestro sistema de transporte es bastante eficiente… El bus nunca llegó, de ahí es que conozco el precio de un taxi de Bösingfeld a Lemgo (30 Euros). Buena suerte? Mala suerte? Quien sabe…

Unos días después, finalizando mi segundo fin de semana en Alemania, y luego de disfrutar un paseo por Bielefeld, llegué a la estación del tren de Lemgo donde había dejado mi bicicleta. Y si…la tierra es plana! Y en Alemania, la “civilización”, también existe la delincuencia. Algún criminal había robado una parte de mi bicicleta (prestada), por la cual tuve que pagar 20 Euros al día siguiente. Buena suerte? Mala suerte? Quien sabe…

Traté de sobreponerme a la situación sabiendo que hacía parte de la misma experiencia, y decidí tomarlo como un aprendizaje dejando a un lado el valor del repuesto y mi vergüenza ante el dueño de la bicicleta (aunque su vergüenza fue tanto mayor al saber que a un Colombiano le habían robado en Alemania!!). Y sin duda ayudó el hecho de que pude usar otra bicicleta prestada mientras la otra la arreglaban, al menos hasta el momento en que volví del trabajo y encontré pinchada la llanta delantera de esta nueva bicicleta. Buena suerte? Mala suerte? Quien sabe…

En fin…Aquí podría pasarme horas contándoles anécdotas que desafían la “buena suerte” y la “mala suerte”, pero no es esa mi intención. Solo quería agradecerle a mis padres por darme esta oportunidad, a mi familia, mi novia y mis amigos por apoyarme, y a la vida por mi buena fortuna, o buena suerte, o como sea…

En todo caso yo solo sé que soy enormemente feliz por todo lo que tengo y lo que la vida me ha dado…Como dice el Padre Juan Jaime escobar: Buena suerte? Mala suerte? Quien sabe…

sábado, 17 de mayo de 2008

Mi Zona de Confort!


Entras a tu oficina, preparas un café. Son las 8.10 am de un día normal y tu vida va tal como la habías planeado. Acabas de graduarte y tienes un trabajo estable. Pronto, gracias a tu buen desempeño, podrás acceder a una mejor posición dentro de la empresa y consecuentemente a un mejor salario…Te sientes muy cómodo!

PARE: Analicemos…Que es sentirse cómodo?

Seguramente todos hemos escuchado alguna vez de la zona de confort, y seguro muchos hemos sucumbido a sus encantos, pero hoy no quiero centrar mi relato en saber si es bueno o malo salir de la zona de confort, y mucho menos aconsejarles salir de la suya si es que están en ella. Este pequeño relato pretende, entre otras cosas, contarles como ha sido para mí salir de mi zona de confort y permitirles acercarse a el sentimiento tan excitante que representa para mí despertarme en un lugar muy apartado de mi zona de confort.

A lo largo del relato solo encontraran experiencias que algunos podrían llamar incómodas, pero que yo me permito calificar como la experiencia que mas aprendizaje me ha dejado en la vida…

Son las 6.00 am y el despertador del celular emite un sonido escandoloso, muy diferente a la vos de mi mamita, o a la llamada de mi Pingüina, o incluso al mismo celular sonando unas horas mas tarde. Arreglo mi ropa para el trabajo, bajo las escaleras en medio de un frio seco pero muy tenue, tomo un baño, y preparo mi primera comida del día.
Sin duda sería mas cómodo que alguien más planchara la ropa por mi, me confirmara que la ropa que llevo puesta está bien combinada, me prepara el desayuno sin necesidad de pedirlo, y luego lavara los platos para evitarme el esfuerzo y el olor posterior en las manos.

Tomo mi bicicleta, y pedaleo 3 minutos en medio de una leve lluvia hasta llegar a la estación de bus. Me toma 5 minutos en el mejor de los casos, y gran cantidad de estrés, desespero, rabia, impotencia y demás, abrir el candado que uso para mantenerla segura mientras trabajo (Créanme, es necesario. Esa historia viene mas tarde). Tomo el bus, y ahora que aprendí a leer en vehículos en movimiento, alcanzo a leer un capítulo entero de una novela de García Márquez y unas cuantas páginas de mi libro para aprender alemán. Al bajar del bus camino una cuadra y entro a mi cálida oficina exactamente a las 7.48 (el cumplimiento del bus me obliga a regalarle 12 minutos al trabajo), saludo a mis compañeros, prendo el computador y comienzo mis tareas diarias.

Estoy seguro que sería mas cómodo tomar un carro en lugar de bicicleta para evitar la lluvia y no sufrir por que quizá el candado no abra y tenga que esperar el siguiente bus. O mejor aún, esperar a que mi mamá me lleve hasta la oficina por que está lloviendo, o en su defecto me lleve hasta la puerta del bus. También sería mas cómodo leer mi libro debajo de un árbol, o sentado en un jardín. Sería mas cómodo y más sencillo recibir lecciones de alemán de alguien diferente a mi mismo, y sin duda sería mas cómodo dormir esos 12 minutos que cada día le “regalo” al trabajo.

A las 9 hay una pausa esperada y necesaria, tanto para que mi jefe desayune como para permitirme a mí tomar un café que aunque no es de mi total agrado, me ayuda a permanecer activo y despierto (O será un cuento como el de que si uno se mete a la piscina después de almorzar se vomita?). A eso de las 12 o 12.10 busco con mi jefe el almuerzo en el restaurante de la empresa, pongo en mi plato algún tipo de alimento que seguramente no he visto antes y me siento a almorzar. Disfruto mi comida, como me ha sucedido con cada plato que pruebo, y escucho a 7 personas (muy queridos todos) hablar en un idioma que no entiendo y reir sin saber porque, durante otros 5 minutos.

En mi caso particular, sería más cómodo si el sueño no me obligara a tomar café, si en lugar de almorzar en la empresa pudiera llegar a mi casa sabiendo de antemano que el almuerzo ha sido preparado por mi mamita con amor y conociendo cada uno de mis gustos, y también si el idioma utilizado en la mesa fuera el español y no el alemán.

Y sigue el trabajo…abro los documentos que explican el funcionamiento de los productos de Lenze (
www.lenze.com) y al mismo tiempo recurro a Google (Wikipedia principalmente) para hacer un curso en inglés de mecánica y electrónica para dummies, que me expliquen como se comporta un servo motor, para que sirve un servo inverter, que hace una gearbox, y que hago yo metido en ese mundo de ingenieros.

Obviamente sería más confortable conocer y entender perfectamente lo que leo a diario, o incluso sería más cómodo si pudiera hacerlo en español. Sería más cómodo si esos productos no fueran tan complejos, y si mis compañeros fueran graduados de otra área del saber.

Salgo a las 5.00 pm del trabajo y me paro en la estación muy pendiente del último bus (único medio de transporte posible aparte del taxi que vale 30 Euros) que me lleva a mi lugar de residencia. Abro la novela de García Márquez y procedo a continuar con mi lectura. Hago una pausa a la entrada del pueblo para rezar por que la bicicleta que uso a diario y que no es mía, esté en buen estado y me evite caminar los 10 minutos hasta mi casa.

Cuán cómodo sería para mí si la empresa quedara en la misma ciudad en la que vivo, o si el pueblito no fuera tan pequeño y remoto y el transporte fuera permanente para evitar sufrir porque me deja el bus o porque algún día no llega. Cuán cómodo sería si pudiera caminar hasta mi casa, o si tan solo no tuviera que viajar 35 minutos en un bus para llegar a ella.

Entro a mi casa, se me caen tres calzas tratando de saludar en alemán, y después las extraño cuando estoy disfrutando la comida que yo mismo preparé.

Que cómodo sería hablar alemán y no tener que cuidar mis calzas cada vez que pronuncio una palabra en ese idioma…casi tan cómodo como encontrar comida preparada y caliente en la mesa después de un largo día.

Subo a mi habitación, prendo el computador, y entro a internet para hablar con mi familia y mi Pingüina, y tirarles besos por una ventana pequeñita que si bien me hace sentir cerca, no me permite oler mi casa y mi gente, palpar mis cosas, ni saborear la comida de casa.

No creo que hubiese nada más cómodo que poder abrazar a mi familia, y besar y abrazar a mi novia cada vez que quisiera, saborear la comida de mi casa, oler el perfume de mi novia combinado con su propio olor, y tenerlos cerca en todo momento.

Antes de dormir, intento organizar mis ideas para el día siguiente, y leo el último capítulo del día de esa excelente novela que escribió el señor de Aracataca. En ese momento me siento cómodo, de una manera que se me dificulta explicar pero que me permite disfrutar cada segundo del día siguiente.

Pocas horas después suena el despertador…

PS. Pingüi, I Love You!

sábado, 3 de mayo de 2008

Historias de Viaje!


Mi viaje empezó en Bogotá a eso de las 5.15 pm del lunes 28 de Abril. Un día un poco lluvioso, que para algunos podría parecer triste, me despidió de mi adorado país.


En la sala de espera, confundido entre diferentes nacionalidades, inmediatamente me identifiqué como el más criollo, y lo pude entender por varias razones:


1. Nadie más se tomo foto al lado del avión y en la sala de espera.
2. Casi todos pronunciaban palabras que no entendía…(en Hindi, Francés, Alemán, Mandarín...)
Y 3. Fui el único a quien le abrieron toooooda la maleta para revisarla.

Pero bueno...no se cayó el negocio! Me dejaron pasar y me senté al lado de un señor cómodamente vestido, mucho más criollo que ello podría decirse, pero con un aire francés más de Fontibón que del mismo país galo.

El vuelo lo pasé jugando cartas, solitario, viendo películas y comiendo...solo logré dormir 2 horas! Al final, otra vez quedé como el ñero del vuelo tomándole fotos a París pero de malas...Así soy!

En París, después de oler a 3 negritos Alemanes sin bañarse más o menos en 456 horas, caminar 22 minutos a la otra terminal, intentar 7 veces conectarme a una red que finalmente era privada, pagar 5 Euros por una tarjeta de llamadas que no sirve, pasar 4 veces por el scanner, y volar 91 minutos...llegué a Alemania!
En Hannover continuó mi odisea...intenté usar 7 veces en 5 teléfonos públicos diferentes la tarjeta de llamadas en la que invertí mis primeros 5 Euros, pero fue imposible.
Finalmente me tocó echarme al agua...Pronuncié mis primeras palabras de Alemán, compré una botella de agua y me dieron las monedas que necesitaba pa' llamar a que me orientaran. Y bueno… sirvió porque estoy vivo y donde se suponía que estaría hoy a esta hora!


Bajé al metro (está conectado con el aeropuerto...la putería China!) y obviamente me embalé pa’ comprar el tiquete. Pero mi Dios me mandó una señora que me ayudó y después de pasar 5 minutos acomodando mi equipaje para no obstaculizar el paso y esperar otros 10 minutos para comenzar el paseo, llegué a la estación de tren.


La estación es bastante bonita, con mucha gente de Alemania....jajaja!
Mentiras...compré el tiquete, me monté al tren, me miraron raro unas 3 veces (o quizá más porque me quedé dormido..pero la verdad no creo), y me fui pa' Bielefeld.

En Bielefeld fue menos odisea por que ya tenía quien me orientara, pero estuvo igual de interesante!
Me bajé del tren y ahí me estaban esperando. Aunque eran como las 6.00 pm y había viajado 24 horas, no tenía nada de hambre (porque eso si...le saqué a Air France en comida, la platica que me había quitado), pero como lo gratis sabe mejor que lo comprao' me embutí una pizza que de tamaño normal solo tenía la sal (que berraca tan grande...) y me fui a buscar internet pa' llamar al amor de mi vida y a mi family :D.


A pesar del cansancio no me podía ir a dormir! Jugaban Barcelona-Manchester United por la semifinal de Champions League y yo estaba en Europa para verlo. Entonces cogimos metro con mis tres maletas y me dispuse a ver el partido, pero antes...Choque! Y no se si definirlo como cultural...fue algo como así:

Julius@hotmail.com dice: Whe are you fron (si...no habla buen inglés!)
androjo17@hotmail.com dice: Colombia
Julius@hotmail.com dice: Oohhh...Pablo Escobar! (ese sí con el mejor español que he escuchado en las últimas horas)
androjo17@hotmail.com dice: Ajá...but I don't know him!
Julius@hotmail.com dice: We smoke weed (ese también con el mejor inglés que haya salido de su boca en sus 23 años de existencia)
androjo17@hotmail.com dice: Bad for you!
Julius@hotmail.com dice: Do you want some?

Y bueno...si les cuento el resto de la historia sería necesario relatar la charla amistosa de Colombia. Parecida a las que le contaba a mi pingüi cuando salía de clase de Geopolítica…Ella sabe! :D Te Amo Pingüi!

En fin...vi el partido medio dormido y medio despierto, y después de despedirme de mis nuevos amigos, que por cierto me cayeron demasiado bien todos y por cierto no todos fuman moño, me fui a dormir! Y ahí me cogió la nostalgia...me dió Colombianitis, casitis, papitis, mamitis, hermanitis, pero más que todo pingüinitis! Pero como no hay cosa que no la calme un salmo (soy más católico de lo que creo definitivamente), cogí la Biblia que mi papito me empacó y que me aconseja que abra cada vez que hablo con él y la leí un ratico. Antes de dormirme esperé la llamada de mi pingüi, pero cuando vi que el celular estaba descargado y que era muy tarde pa tocarle la puerta a este man pa' pedirle el cargador...me dormí! 10 horas seguidas sin interrupción! Las necesitaba...

Me levanté, me dí el baño que necesitaba, con afeitada, lavada profunda de dientes, encias, mejillas y lengua, etc. Bajé y el desayuno estaba ready! tostaditas con un queso delicioso, salami, y chorizo cervecero acompañado de jugo de manzana! Sencillamente Delicioso!

Salimos en el carro, le dimos una vuelta a la ciudad (muy bonita por cierto), compré las cosas electrónicas que necesitaba, abrí la cuenta del banco, compré el tiquete a Lemgo, almorcé una Döner (Comida Típica original de Turquía), y después de despedirme de más nuevos amigos, me monté en el tren!
El tren hace como 7 paradas antes de llegar a Lemgo, pero es muy cerca. Al final del recorrido la cagada que no falta, me bajé en la estación que no era, tuvieron que ir a recogerme, pero llegué vivo!

Compramos la comida, me instalé mi habitación (Aún no he terminado de desempacar), recorrí la casa, me tomé mi primera cerveza alemana, el dueño de la casa me contó la historia de su vida y empecé la mi nueva vida en Alemania!

Bienvenida!

Bienvenida a todos los lectores!

En este blog se habla español...al menos por ahora. También podemos incorporar inglés, alemán, y otras lenguas no oficiales!

Por ahora, como principiante en este cuento, les pido un poco de paciencia ya que será mi primera experiencia escribiendo para alguien diferente a mi Pingüina o un profesor.

Espero que disfruten mi blog y participen bastante.

Acá les van mis historias!

Un abrazo!